El útero se separa en tres partes anatómicas. Trompas, Fundus y Cérvix.
Las paredes a su vez, se categorizan en endometrio (epitelio y tejido conjuntivo), miometrio (tejido muscular) y perimetrio (una serosa).
Los cánceres más frecuentes de éste órgano se localizan en el endometrio y el cérvix. Y también, pero en menor medida, en el miometrio.
La generación de tumores en cualquiera de estos sitios trae aparejado una serie de síntomas generales como puede ser el sangrado anormal, dolores punzantes en la región pélvica, manchado voluminoso de prendas íntimas, dolor durante las relaciones sexuales, entre otros.
Con respecto al cáncer de cuello de útero (cérvix) este puede generarse tanto por causas endógenas como exógenas. Ésta última se encuentra representada principalmente por el virus del papiloma humano, que puede contagiarse vía acto sexual. Existe una vacuna para prevenir la infección por este virus, sin embargo todavía se encuentra en un período de perfeccionamiento.
La zona del cuello uterino es una región de transición entre el epitelio cilíndrico simple del endometrio hacia un epitelio plano estratificado. Estas zonas (al igual que, por ejemplo, la unión ano-rectal) con diferencia abrupta de tejidos suelen ser propensos a desarrollar cancer. Por esta razón debe hacerse hincapié en exámenes médicos periódicos obligatorios luego de la primera relación sexual o luego de los 25 años.
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