La miel tiene muchos beneficios para la salud, ya sea que se tome
con una cuchara o se aplique al cuerpo, y lo más destacado de la terapia
"dulce" es sin duda el masaje tibetano con miel, un tratamiento que desintoxica
y mejora la inmunidad.
¿Qué es el masaje de miel?
Incluso los antiguos egipcios conocían las propiedades curativas de
la miel, al igual que las mujeres de Oriente que usaban la miel con fines
embellecedores, pero el masaje con miel tiene sus raíces en el Tíbet y Rusia.
Este masaje único se considera un método de curación natural que se
puede aplicar con fines terapéuticos y para la desintoxicación. ¡El efecto
embellecedor en la piel es solo uno de los maravillosos efectos secundarios!
¿Cuáles son los beneficios del masaje de miel?
El masaje con miel actúa sobre los tejidos conectivos y la fascia
(tejido conectivo muscular). Por lo tanto, alivia la tensión en los músculos,
tendones y ligamentos.
Tiene un efecto analgésico cuando se trata de articulaciones
dolorosas, artrosis y enfermedades reumáticas.
Tiene un fuerte efecto desintoxicante y de drenaje. Los curanderos
tibetanos creen que la miel tiene un fuerte efecto absorbente , es decir, que
elimina sustancias nocivas y toxinas del cuerpo. El masaje con miel se usa para
lograr el equilibrio, mejorar la inmunidad y la salud en general.
Además de que la miel absorbe la energía tóxica del cuerpo, el
masaje con miel mejora la circulación, el metabolismo y la termorregulación de
la piel, estimula el flujo linfático y actúa sobre el sistema nervioso central.
El masaje con miel también es una forma efectiva de tratar y
prevenir el estrés, así como la fatiga física, los trastornos del sueño y los
trastornos psicosomáticos.
En términos de belleza, el masaje con miel limpia los poros, hidrata
y rejuvenece la piel y tiene un efecto anticelulítico eficaz.
Miel: un tesoro de nutrientes
Durante el masaje, la miel libera todos sus componentes curativos a
través de la piel. Es decir, este oro líquido, como lo llaman los apicultores,
contiene unos 200 componentes activos, casi todos necesarios para el desarrollo
y el funcionamiento adecuado de nuestro organismo, lo que lo convierte en un
producto ideal de la naturaleza. La miel es rica en carbohidratos, minerales, vitaminas,
aminoácidos, ácidos grasos insaturados, antioxidantes y otros ingredientes
beneficiosos. Tiene efectos antisépticos, antifúngicos, antibacterianos,
desintoxicantes y antioxidantes, y tiene propiedades regenerativas e
hidratantes.
¿Cómo hacer una masaje de miel?
Se utiliza una técnica especial para el masaje con miel. Es
completamente diferente de, por ejemplo, el clásico masaje que utiliza aceite
para facilitar que las manos se deslicen sobre la piel. Como la miel no es
resbaladiza sino pegajosa, estos movimientos podrían describirse como separar y
separar las manos del cuerpo. Al principio, separar las manos es fácil, pero
con cada movimiento se vuelve más difícil. La miel se vuelve más pegajosa, por
lo que aumenta una capa creciente de tejido y músculos subcutáneos. Los
movimientos de masaje son enérgicos y vivos, y evocan una sensación inusual.
Dependiendo de las técnicas, un masaje con miel puede ser placentero y
relajante hasta levemente doloroso.
Este masaje puede tratar todo el cuerpo, pero se aplica
parcialmente. Se trata la espalda, pero también los muslos porque efectivamente
reduce la celulitis. Sus efectos beneficiosos, dicen los expertos, pueden
notarse después de un solo masaje, pero para obtener resultados más duraderos y
más efectivos, se recomienda reservar un tratamiento dos veces por semana o
varias veces al mes.
En el masaje tradicional con miel, solo se usa miel pura y cruda.
Hoy en día, los centros de bienestar tienen diferentes versiones de este
tratamiento, por lo que la miel se puede combinar con aceites esenciales y
básicos, con sal, leche y otros ingredientes, según el efecto que desee lograr.
¿A quién no se recomienda masajear con miel?
El masaje tradicional con miel no se recomienda para pacientes
cardíacos, personas con piel muy sensible y vasos sanguíneos frágiles y venas
varicosas, mujeres embarazadas y aquellas que son alérgicas a la miel. Además,
no es adecuado para hombres que tienen demasiado vello corporal.
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