viernes, 13 de abril de 2012

Anemia hemolítica

La anemia, definida como una presencia de concentración en sangre de hemoglobina por debajo de sus valores normales (13-16 g/dl para hombres y 12-15 g/dl para mujeres), puede presentarse de diversas formas.

Sus síntomas principales, en este tipo de la patología, están caracterizados por la presencia de escalofríos, aumento del volumen del bazo, fatiga, fiebre, tez pálida, posible ictericia, es decir una coloración amarillenta de la piel a causa del aumento de la bilirrubina en sangre, palpitaciones, entre otros.

En el caso de la anemia hemolítica se puede evidenciar un número de eritrocitos (glóbulos rojos) menor al esperado. Esto se presenta como consecuencia de una destrucción (hemólisis) prematura de los mismos liberando su contenido y perdiendo cantidades importantes de hemoglobina. Dicho compuesto terminará siendo convertido en bilirrubina, lo cual aumenta la concentración de la misma en el torrente circulatorio provocando lo que se conoce como ictericia. Tal signo puede diagnosticarse fácilmente comprobando la coloración que posee la esclerótica del ojo.

Es curioso destacar que no siempre un cuadro de destrucción de eritrocitos puede llevar a la anemia. Muchas veces la médula ósea (sitio donde se generan los glóbulos rojos), es capaz de aumentar su velocidad de síntesis equiparando a la de destrucción, evitando de esta manera la manifestación anémica. De todos modos es necesario detectar las causas de la hemólisis y solucionarla.


Causas de la anemia hemolítica:
Pueden ser internas o externas, en las primeras pueden entrar en juego factores genéticos mientras que en el segundo grupo puede abarcar desde infecciones por parásitos como la malaria hasta problemas autoinmunes pasando por ciertas drogas y otros elementos no farmacológicos.

Tratamiento de la anemia hemolítica:
De dicho cuadro clínico depende de la causa que lo origine. De tal modo que para aquellas anemias hemolíticas causadas por infecciones como la malaria, su profilaxis se encontrará en el medicamento antiparasitario. Por lo tanto, siempre es necesario determinar la causa para aclarar el procedimiento a seguir. Algunas veces es necesario realizar transfusiones sanguíneas o implementar un suplemento de ácido fólico, hierro u otras sustancias.

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